Pinturas para el pasto amarillo

Esa mancha amarilla en el césped. Una solución no aplicada y una serie de alternativas.

(Una historia de «pintura» entre líneas)

Hace varios años sumé a Marcos a la cartera de clientes a uno que lo deprime el color amarillo, y yo no lo sabía.

Llevamos muchos años trabajando con él, y creo que es de las personas a las que les gustan los “tigres lisos”, sin manchas ni nada que indique la im-perfección de la naturaleza.

Cada año trabajamos con más esmero y detalle en los jardines de su empresa, aplicando las técnicas más nuevas o creando unas nuevas con el afán de que todo esté perfecto.

El césped que estaba implantado frente a su oficina, y solo allí, era “kikuyo” (Pennisetum clandestinum), algo así como la chipica o bermuda. pero con esteroides.

Crece con mucho vigor, pero en nuestra zona entra en latencia en el invierno y se torna de un “deprimente” amarillo.

A Marcos (nombre ficticio) el amarillo lo “deprime”, por ello sugerimos quitarlo y colocar otra variedad que estuviera verde todo el año, y aquí hizo su ingreso el blueway, un híbrido de bluegrass.

Todo verde y maravilloso, un césped que me gusta mucho.

Pero no todo son buenas noticias…

Resultó que la eliminación del kikuyo no fue del 100%, pequeños trozos de rizomas se escondieron bajo tierra evitando ser vistos y pronto en la primavera se asomaron en la superficie haciéndose un lugar entre las hebras del blueway.

El paso obligado era identificar las pequeñas plantas, demarcarlas y aplicarles herbicida en varias oportunidades hasta eliminarlo y así evitar que recuperaran el terreno perdido.

Esta opción no era viable en este caso porque no pueden haber “manchas amarillas deprimentes” en el jardín.

Intentamos infructuosamente eliminar manualmente los rebrotes, pero año tras año ganaba más terreno.

Durante el verano el césped era envidiable, pero en el invierno…

Llegado a este punto de la lectura te estarás preguntando por qué no recurríamos a la resiembra otoñal, pero lo cierto es que la realizábamos religiosamente.

Pero no se veía como en el verano y era inevitable que la mirada de Marcos se centrara en los tres pelos amarillos más que en el resto de la cabellera verde del jardín.

No sé si son los años, propios, ajenos, o ambos, pero pareciera que cada invierno es más difícil lograr el verde esperado.

Y un año el calor en época invernal jugó en contra.

Para ponerme más a prueba un año veníamos con todos los detalles, un jardín de película.

Y de golpe una ola de calor ¡en pleno invierno! .

Resultado: la resiembra otoñal (Rye-Grass anual) creyendo que la primavera había llegado, se entregó.

Amarillo se puso el pobrecito, y yo, rojo.

Otra vez Marcos: ¡¿qué estás haciendo mal que el pasto está amarillo?!.

La naturaleza es así, y el dar explicaciones por lo ocurrido, por el “amarillo”, adjuntar el informe que me envió la empresa que produce la semilla porque lo ocurrido afectó a todas las zonas del país.

Para Marcos no es más que una “justificación”. En la práctica hay una mancha amarilla en el césped, y por momentos pienso en qué hice mal o qué podría haber hecho para que no ocurriera.

Ahora pienso que la solución más simple es, cual cabellera canosa que esconde las líneas plateadas tras la tintura, pintar el césped para lograr un verde parejo y libre de “deprimentes amarillos”.

Hoy, aprovechando el trabajo de investigación y desarrollo, contamos con una pintura para césped natural.

En realidad la pintura está desde hace varios años en el mercado, no la he utilizado por cuestiones de “falso orgullo” y ese cómo no voy a ser capaz de que esté verde el césped.

Pero habidas cuentas, y como no le he puesto cintas rojas para evitar el “mal de ojos”, recurriré a ella.

El trabajo es muy simple. Preparas la pintura en una mochila para aplicar agroquímicos y la pulverizas pintando. Las precauciones son pocas, césped seco, limpio y recortado, además no regar antes de los 90 minutos de aplicar el producto para que se seque bien y limpiar lo que manches con agua y jabón.

¿Contraindicaciones?, ninguna, no afecta al césped, no contamina y ahorrarás agua porque no tendrás que regar tanto.

He realizado el pedido, ya lo pintaré y te contaré lo que Marcos dijo.

Te dejo unas imágenes que encontré en Internet para que veas el proceso. Nuevamente te aclaro que no son mías ni del jardín de Marcos.

Ya las colocaré.

Y… una cosa más.

Si te gusta que te cuente cómo resolver situaciones narradas de esta manera, deja un comentario.

2 comentarios en “Pinturas para el pasto amarillo”

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